“Los niños en manada,
¡vaya hijos de puta!
Los niños en manada...
Los hombres del mañana,
¡vaya hijos de puta!,
Los hombres del mañana...
Los que me sobrevivan,
¡vaya hijos de puta!,
Los que me sobrevivan,
¡vaya hijos de...”
Love of Lesbian – Los niños del mañana (Maniobras de escapismo, 2005)
Al final, como siempre, apurando hasta el último momento. Este año es especial hasta para eso, algunas veces no me reconozco pero bueno, tampoco es tan grave.
Ya vamos concretando más en el tema fundamental de la asignatura, en el colectivo que abordaremos en más profundidad y de este modo, tras hablar de la eterna lucha entre familia y escuela (siempre esperando que no llegue hasta el día del juicio final y que se encuentre una solución al fin) nos adentramos en el tema de menores y en un fenómeno que, aunque no es nuevo, está en auge debido a la visibilización del problema y a la magnitud, que en algunos casos, está llegando a tomar, entre otras causas por la influencia de los medios y las nuevas tecnologías, la violencia entre menores y el valor que se da a ésta.
Comencemos pues con una canción. Y es que este tema me viene que ni al pelo. Hace poco en otra asignatura abordamos el fenómeno del bullying (la violencia prolongada e intencionada de menores a otros menores que suele darse en el ámbito escolar), concluyendo con la visualización de “Cobardes” el segundo film conjunto de Jose Corbacho y Juan Cruz y que termina con la curiosa canción con la que arrancaba esta entrada.
El antagonista de la película, Guille, y su actitud sobre el protagonista de la historia, Gabi, servirá de comparación para el estímulo que esta vez nos trajo Almudena. De nuevo youtube nos presenta una escena en la que sólo el título da que hablar “La más chula de Móstoles”. En él, se nos presenta a una chica, Rebeca, lógicamente de Móstoles y que por lo visto es conocida (y reconocida) por su capacidad de influir en los demás chavales de su entorno, pero no de una forma muy positiva. Durante estos minutos, una niña de no más de 16 años se jacta de pegar, insultar, intimidar y alguna que otra perla más con el único fin que el respeto.
Este vídeo no era nuevo para mí. Algún medio ya se había hecho eco de esta entrevista de un programa de la cadena Antena 3 TV y tuve la suerte de poder verlo. Retomando el caso de nuestra “amiga” Rebeca vemos muchas similitudes con el personaje de Guille, que comparten con el perfil del acosador (y de otros tipos de “cobardes”). Ambos dos dan un valor muy importante al grupo y al “respeto”, pero sería objeto de análisis si estos chicos tienen verdaderas relaciones de amistad con sus iguales, o simplemente son relaciones basadas en el temor y la extorsión. Por otro lado, suelen ser acosadores con los que son más débiles que ellos, bien por que sean físicamente más débiles o numéricamente.
Imaginemos que tenemos a Rebeca delante, que somos familia, Servicios Sociales, Centro de Educación, grupo de iguales u otras instituciones (como las judiciales, centros sanitarios o las asociaciones). Y que tenemos una serie limitada de recursos que nos ofrece por ejemplo el Estado. Imaginemos que esos recursos son una madeja de hilo y, ¡voilá! ¡Tenemos caso práctico!
Total que vamos a hacer un rol playing a lo grande, dividirnos en grupos que representarán a una de las instituciones nombradas anteriormente, e intentemos abordar la problemática de una agresión de Rebeca a una compañera de clase dentro del centro educativo.
El hilo vuela de Rebeca (que está con su grupo de iguales) la colegio que decide que el problema es de la tutora, por lo que le pasa la madeja y ésta decide que debe llamar a los padres, por lo que de nuevo se lanza el ovillo al padre, el padre a la madre y la madre lo devuelve al colegio porque “es responsabilidad del centro”. Total que la cuerdecita ha dado ya varios paseos por la familia y el centro educativo y aún no ha llegado ni a Rebeca, ni lo más preocupante, a su compañera agredida (observación de la profesora). Así que tras esta reflexión, vamos a ver que tiene que decir Rebeca de todo esto y ¡zas! La madeja llega a sus manos para que todo el mundo pueda escuchar un “yo paso de ir” y el problema termina en un intento del centro de crear un plan de convivencia donde Rebeca, y lo más importante, su familia participan por lo que se zanja este primer problema sin darle mayor importancia. Y gastando poquitos recursos.
De nuevo la vida sigue para los chavales hasta que otra situación hace saltar las alarmas de familia, IES, Servicios Sociales y hasta el sistema judicial. Con la maravillosa panacea del Plan de Convivencia del centro parece que no se ha llegado a la raíz del poblema y Rebeca agrede a otra chica que, esta vez, termina en el hospital, por lo que la madeja inicia su viaje en ese grupo que habíamos denominado “otros servicios”, en el sistema sanitario. El hospital está en la obligación de dar parte a servicios judiciales por lo que el ovillo cambia de manos, pero no de grupo, y tras la denuncia pertinente entra en juego Servicios Sociales, que decide que lo mas adecuado es entrevistar a los padres de Rebeca, por lo que dos viajecitos más del cordel. En la entrevista sacamos algunas cosas concretas de la estructura y modelo familiar al que pertenece esta familia.
El padre no entiende nada y compara a Rebeca con su hijo mayor, responsable, aplicado, tranquilo, en definitiva, un chico que nunca ha dado problemas. La madre interviene y de su aportación descubrimos que el verdadero cabeza de familia es este hijo, pero es un modelo ausente porque estudia fuera. Está totalmente en contra de la actitud de su hermana pero no puede imponer autoridad de ninguna forma por no estar presente y porque ella no lo identifica como tal, ya que pese a realmente no ser asi, lo ve como un igual.
Descubrimos un gran problema de falta de autoridad, de normas, de disciplina, de comunicación y de relaciones entre los miembros de la familia de Rebeca, que esta vez es llamada por Servicios Sociales a una entrevista a la que acude con su querido “esposo”, un matón de barrio (como ella) que según la propia Rebeca comparte el liderazgo del grupo de sus “amigos” con ella. El chico ni estudia, ni trabaja (de la “generación ni, ni”)y se dedica a vender droga (aunque esta totalmente en desacuerdo a que Rebeca consuma). Servicios Sociales ofrece algunas alternativas que van desde el acogimiento o la libertad vigilada, hasta un seguimiento ambulatorio y educativo.
Terminamos nuestra intervención (no por falta de ganas, sino mas bien por falta de tiempo) y elegimos como socluciones mas adecuadas el seguimiento ambulatorio y educativo, unido a un tratamiento familiar para una actuación que integre todas las instituciones.
¿Que conclusiones sacamos de todo esto? Primero que tenemos recursos aun sin conocer muy bien los procedimientos y mecanismos a poner en marcha en casos de desadaptación social (hay que trabajar ese aspecto). Solemos olvidar y obviar la opinión de los implicados en los problemas con mucha frecuencia en nuestro empeño por intervenir, buscar soluciones y actuar. Y bueno, al menos no hemos gastado los recursos.
Y retomando la canción de Love of Lesbian, para finalizar, mientras que los padres no se preocupen de pleno en la educación y en los problemas de sus hijos, mientras no exista una coordinación con la escuela, mientras los profesionales sigan siendo presa del burnout, mientras que no se encuentren soluciones reales a los conflictos en las aulas, mientras que se mantenga la ley del silencio, mientras se refuercen estas conductas de violencia, mientras los profesionales de lo social no trabajen unidos con el resto de las instituciones, “los niños en manada, (…) los hombres del mañana (…) los que me sobrevivan ¡vaya hijos de puta”...
Sin mas concluyo este primer cuatrimestre prometiendo más guerra en el próximo y con un agradecimiento especial a Lucrecia, por tomar los apuntes en clase (en esta en concreto) que tanto me han ayudado en esta entrada.
Nos vemos pronto. ¡Mucho ánimo a tod@s!